Fin
No le respondía porque no sabía que decir. Resultó que Diego era parte de mi familia y esto me daba asco. – No he visto tu padre desde casi 20 años... – me dijo. – Para mí esto también es una sorpresa… No sé que decir. – ¿Por qué no me digas la verdad? – pregunté. Diego respiró profundamente. Nunca le había visto así – tan nervioso y desorientado. – Bueno, tu padre y yo hicimos negocios hace 20 años. Primero trabajábamos con los coches.. Los importábamos,reparabámos y vendíamos. Tu padre era muy buen mecánico y yo un buen vendedor. Nuestra empresa prosperaba efectivamente y tenemos bastante dinero, pero yo descubrí que podemos cobrar más. – Vender drogas – terminé por él. – Principalmente todo iba muy bien. Tu padre se involucró en los negocios, pero después conocí a tu madre y ella le hacía terminar con esto. En ese momento, todo colapsó. La historia de Diego apenas empecé...