Fin
No le respondía porque no sabía que decir. Resultó que Diego era parte de mi familia y esto me daba asco.
– No he visto tu padre desde casi 20 años... – me dijo. – Para mí esto también es una sorpresa… No sé que decir.
– ¿Por qué no me digas la verdad? – pregunté.
Diego respiró profundamente. Nunca le había visto así – tan nervioso y desorientado.
– Bueno, tu padre y yo hicimos negocios hace 20 años. Primero trabajábamos con los coches.. Los importábamos,reparabámos y vendíamos. Tu padre era muy buen mecánico y yo un buen vendedor. Nuestra empresa prosperaba efectivamente y tenemos bastante dinero, pero yo descubrí que podemos cobrar más.
– Vender drogas – terminé por él.
– Principalmente todo iba muy bien. Tu padre se involucró en los negocios, pero después conocí a tu madre y ella le hacía terminar con esto. En ese momento, todo colapsó.
La historia de Diego apenas empecé y yo todavía estaba harto. ¿Mi padre traficaba las drogas? Los eventos de la semana pasada revolucionaron toda mi vida y luego, para empeorar las cosas Diego me dijo que es mi tío. Estaba charlando con el hombre que casi me mató como si fuéramos amigos.
–¿ y que pasó después? - era muy curioso.
– No quería perder un socio y le amenacé. En ese momento, pensaba que eso era un buen paso...- Diego hizo una pausa y miró al foto que estaba en la pared. - Desde ese tiempo, tu papa no quiso verme. – terminó.
– ¿Estas sorprendido o qué? – le pregunté. – Amenazaste a tu propio hermano, matas a la gente, abusas a los jóvenes. No me digas que estas triste.
– Fue engañado muchas veces y una vez decidí dejar mi sentimientos. – murmuró.
La habitación se quedó en silencio. Esto encuentro empezó a molestarme. Podía escuchar la respiración regular de Diego. Esperaba a su paso.
- – Estas libre Diego. – por fin dijo. - Somos la familia y no podría hacerte daño.
Me reí. Toda la
situación era absurda. Nunca se me pasó en la cabeza que Diego me dejaría
libre. Cuando llegue aquí tenía muchísimos escenarios de como iba mi encuentro
con Diego, pero esto no esperaba. No tenía ganas de quedarme aquí, pues me dí
la vuelta y salí por la puerta grande, rápidamente, sin siquiera mirar atrás. Tal
vez, Diego dijo algo más, pero ya no me importaba. Ojalá que esto fuera mi última vez en esa casa. Antes de que me fuera de la hacienda, respiré con
alivio. Todo resolvió y aunque no
exactamente como lo imaginaba, por lo menos era vivo. Solo me quedaba la
cuestión de mi padre, pero no quería pensar sobre esto. Me fui hacia el centro
de la ciudad porque me merecía una cerveza. Decidí que mañana iba a resolver
otros problemas y hoy iba a festejar .
Komentarze
Prześlij komentarz