Perdóname

 La mañana siguiente me desperté en el hospital. Miré a mi alrededor. Las paredes estaban pintados blanco, todo estaba muy limpio y único que oía eran los aparatos médicos de la sala vecina. Desde las grandes ventanas podía ver el sol brillando que me cegaba. Al principio, no me dio cuenta de que alguien estaba sentando en el sillón del otro lado de la habitación. Me senté en la cama, mirando a la pared delante de mí. Suspiré pesadamente para mí mismo. Aunque, me encontraba mucho mejor que la noche anterior, sigo sintiendo muy cansado.  

Te desmayaste ayer. - Miguel empezó. - Te llevamos al hospital. 

¿Dónde está María? - pregunté rápidamente sin esperar ningunas explicaciones, porque a estas alturas estaba harto de todos secretos y misterios.  

Está esperando en el corredor. Quiere hablar contigo si te sientes bien.  

Sacudí la cabeza afirmativamente y María entró al cuarto.  


- ¿Cómo te sientes, Juan? - preguntó.  


Me sorprendí al oírlo. 


 - María, ¿qué está pasando? Ayer querías matarme con la pistola y ahora me preguntas si estoy bien.  

Juan, perdóname. No sabía qué hacer. Nunca te mataría... Mereces una explicación. - dijo, mordiendo las uñas. - Diego me amenazó. ¿Recuerdas a mi hermano? Él también hacía algunos negocios con Diego y era él quién debía recoger este maldito coche, que tú sacaste. Ahora, Diego lo tiene encarcelado y me chantajeó. Iba a entregarte por él. Perdóname, Juan. 


No le respondí porque no sabía que decir. Todo esto era mi culpa, pero lo que hizo ella fue demasiado. 


Juan, sé que todo esto es mucho que procesar, pero quiero que sepas que puedes confiar en mí. Ayer, tuve un día horrible y de verdad no entiendo lo que pasó conmigo.  


Me eché a reír, mientras me levantaba y recogía para salir. 

 

María, no digas tonterías. Nunca te perdonará por este engaño. Gracias por la ayuda, pero ahora seguiré mi propio camino. Quédame en paz.  


Recogió todas mis cosas y me dirigí a la salida. María me siguió por detrás de mí diciendo algo, pero no le escuchaba. Fue horrible lo que Diego le hizo a su hermano, pero eso no excusó su comportamiento. Me prometí que nunca volveré a hablar con ella.  

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